Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy acerca del casar.
0:00:08 Citaremos a poetas y a filósofos que hablaban poco,
0:00:14 repararemos en cuestiones de etiqueta que imponían cerrar la boca
0:00:19 y acaso nos referiremos a grupos religiosos que tuvieron como premisa el silencio.
0:00:26 Algunos historiadores han dicho que el silencio fue uno de los elementos esenciales de muchas religiones.
0:00:31 En la antigüedad clásica, aunque se privilegiaba una retórica del ocuente y verborrágica,
0:00:39 el silencio religioso, el silencio sagrado, como lo llamó Horacio, no era algo extraño.
0:00:47 Pitágoras, y como él muchos, sometía a sus discípulos a un silencio inicial de dos años.
0:00:56 Vos que notabas en la escuela pitagórica, primer año silencio, segundo año silencio, tercer año ha empezado.
0:01:07 Nadie podía hablar y todos debían escuchar la doctrina.
0:01:11 Plutarco, por su parte, decía que el silencio era algo profundo y reverente.
0:01:17 Aseguraba también que el silencio era divino en tanto que era exactamente aquello que aprendíamos de los dioses,
0:01:25 de los hombres se aprendía la palabra, que es una cosa más baja. Todo esto lo decía Plutarco.
0:01:30 Pero lo decía, recordemos esto.
0:01:35 Los padres de la iglesia se acercaron también a estos presupuestos.
0:01:40 San Ambrosio se preguntaba retóricamente qué deberíamos aprender antes que cualquier cosa, si no es acallarnos,
0:01:47 para que podamos ser capaces de hablar.
0:01:50 Cuando refundió el tratado de Cicero, quiero decir que lo reescribió, no que lo refutó.
0:01:59 Sobre los deberes, como un manual de la buena conducta para los clérigos,
0:02:03 San Ambrosio incluyó en la obra una recomendación de silencio como muestra de pudor y vergüenza.
0:02:11 San Ambrosio casualmente fue, según parece, el primero que le llevó en silencio, como hemos contado muchas veces aquí.
0:02:19 Antes se leía en voz alta y San Agustín cuenta en sus confesiones, San Agustín era alumno de San Ambrosio.
0:02:26 Cuentan en el libro que confesión es cómo un día entró al salón o a la celda de Ambrosio
0:02:33 y lo vio leyendo en silencio, cosa que asombró a San Agustín porque no era lo usual.
0:02:39 Lo usual era leer en voz alta.
0:02:43 El silencio fue siempre señal de gravedad y hablaba demasiado, una señal de vacuidad, de ligereza.
0:02:51 Así que la reserva verbal casi siempre considerada como noble y, en cambio, la locoacidad se asocia con vendedores, mercachifles.
0:03:02 Vamos, el charlatano era el hombre que se ganaba la vida hablando en la Plaza del Mercado.
0:03:07 El Papa Pio V publicó un decreto especial en el año 1568 en el cual prohibió que se charlara en la silencia.
0:03:18 Nada de conversaciones.
0:03:20 San Carlos Borromeo, arzobispo de Milán, impuso la pena de 10 días a Pan y Agua a quien conversara en la iglesia.
0:03:28 En tanto de silencio y la señal de virtud, algunos grupos religiosos sostuvieron un silencio total.
0:03:35 San Bruno de Colonia fue el fundador de la Orden de la Cartuja e hizo voto de silencio riguroso.
0:03:45 San Bruno, junto a los monjes que lo seguían, se retiraron al desierto de la Yartrés cerca de Grenoble,
0:03:56 donde cada uno empezó a vivir al estilo de los antiguos anacoretas de los que también hemos hablado.
0:04:03 Y es conocida con respecto a San Bruno la siguiente anécdota.
0:04:07 En una ocasión, cierto personaje visitó el taller de un escultor famoso.
0:04:13 Y al ver un estatua que acababa de terminar, el visitante quiso ser un cumplido y dijo,
0:04:18 es increíble lo real que parece.
0:04:21 Pero señor, la misma voz le sale.
0:04:23 Sólo le falta hablar.
0:04:25 Y el artista respondió, si hablase sería señal de mi poco talento.
0:04:30 Se trata de San Bruno, el más silencioso de los hombres.
0:04:34 Bueno, no está mal.
0:04:36 La cuestión es que la Orden de la Cartuja tuvo cada vez más fieles, nadie hablaba.
0:04:41 Tenían un complicado lenguaje de señas para satisfacer las necesidades cotidianas.
0:04:48 Cuando otros religiosos hablaban acerca del valor de las palabras edificantes,
0:04:53 los cartujos escribían acerca de los peligros espirituales del hablar mucho.
0:05:00 Pero escribían.
0:05:02 Y cuando hacían señas, las señas tenían significado.
0:05:05 Así que no eran tan silenciosos como parecía.
0:05:08 En el siglo XIV ya muerto San Bruno.
0:05:10 El papo urbano V quiso dar a la Orden una muestra de su aprecio y consideración.
0:05:16 Y decidió reformar esa austerísima regla, mitigándola en algunos aspectos.
0:05:23 Como por ejemplo en el referente a la total abstinencia de habla.
0:05:26 Y los cartujos se indignaron.
0:05:29 ¿Cómo que nos van a permitir hablar?
0:05:31 No queremos que nos permitan eso.
0:05:33 Eso de desear un mayor rigor se parece a no querer conseguir lo que no quiere.
0:05:45 Es el paradójico deseo que algunos tíren.
0:05:48 Urbano entonces pensaba lo que les hacía a un favor.
0:05:51 Igual siguió adelante.
0:05:53 Y se no habla en todo lo que quiera.
0:05:55 Y entonces apareció en el Palacio Papal, que entonces estaba en la Avion.
0:06:01 Una comitiva, no?
0:06:03 Se trataba una delegación de ancianos cartujos que defilaron silenciosa y tristemente antiurbanos en su corte.
0:06:10 Y bueno, hasta el final no tuvieron más remedio que dar lo que querían.
0:06:18 Quedan vivir con toda severidad.
0:06:20 Así que se suspendieron las reformas.
0:06:23 Otro grupo religioso fue el de los trapenses.
0:06:26 Una orden formada en Francia en el siglo XVII.
0:06:30 También estricta prohibición de hablar.
0:06:33 Los cuáqueros consideraban las palabras como signos de bilesa.
0:06:37 Por esa razón, William Dushbury, por ejemplo, recomendaba a sus hermanos que se actuyeran de decir muchas palabras.
0:06:45 Y había reuniones silenciosas, una forma de cultos sin oraciones, sin sermones, exclusiva de meditación.
0:07:00 Los reyes solían permanecer silenciosos ante los cortesanos.
0:07:06 Ahí en España, bueno, desde Felipe II hasta el último de los Austria, los tipos eran célebres por ser muy taciturnos.
0:07:15 Pero también el silencio podía ser una estrategia para aparecer dignificado.
0:07:20 Entre los reyes franceses, los más habladores fueron Enrique IV, Luis XIV y Luis XV.
0:07:26 Napoleón III, el del II imperio, parece que hartaba a todos cuando se ponía a disertar sobre balística.
0:07:37 En la Corte de Versalles, nadie hablaba al rey durante las comidas públicas, a menos que el rey dejara algo.
0:07:43 A veces el rey decía algo, nada más que...
0:07:47 Incluso había una etiqueta más severa, creo que en Londres, donde si el rey no decía nada, nadie decía nada, ni se hablaban entre ellos.
0:07:54 Así que el rey en general decía cualquier cosa, por eso.
0:07:58 Calor, el calor.
0:08:00 Y después todos podían hablar.
0:08:03 Yo tengo algunas cosas que no decir.
0:08:08 La primera sería reconocer una diferencia entre el silencio verbal,
0:08:19 que los latinos les llamaban táseres.
0:08:23 En cambio el sílere era la ausencia de movimiento y de ruido, era más de la naturaleza.
0:08:29 Y el otro era, recordecer la palabra tásito, lo que se callaba.
0:08:37 Callar se ha sido considerado muchas veces como una estrategia mundana,
0:08:43 una forma de ocultar la propia opinión, una forma del disimulo decía Beco.
0:08:51 Había un disimulo negativo que era no decir lo que uno era,
0:08:56 y un disimulo positivo que era en decir que uno era otra cosa que lo que era.
0:09:00 Pero el silencio era una estrategia.
0:09:03 El silencio tiene también a veces un significado,
0:09:09 que tiene significado, fue usarse como signo.
0:09:14 Y algunos usan el silencio para decir cosas, lo implícito.
0:09:20 El arte de lo implícito no es nada, pero dejas cosas implícitas.
0:09:24 Contra eso hay como una moral de decirlo todo, que es la moral de la franqueza.
0:09:31 La moral de los voy a escapar.
0:09:33 Dice Roland Barra.
0:09:37 Parece que cuando uno se decide hacer franco, eso es deseable.
0:09:42 Y Barra dice que cada vez que un señor dice voy a hacerle franco,
0:09:47 lo que viene después es una idioteza.
0:09:53 Y después está el silencio como signo puede leerse de dos maneras.
0:10:03 Como signo propiamente, o sea viene un bon geodista con su escudilla,
0:10:10 y su silencio significa que está pidiendo.
0:10:14 No tiene necesidad ni de pedir verbalmente ni de agradecer.
0:10:19 Su silencio es la demanda, pero también el agradecimiento.
0:10:24 Pero después hay otra clase de silencio que también se da aires de tener signo,
0:10:30 que es el de los tipos que se silencian ante otros que dicen cosas.
0:10:42 Hay una famosa historia de un filósofo, un observador persa,
0:10:47 que vino a ver un simpósio, una charla entre griegos que filosofaban,
0:10:53 para ver cómo pensaban los griegos, que eran sus enemigos por todo.
0:10:57 Y entonces uno habló mucho, después otro, después otro,
0:11:01 y había uno que se quedó callado.
0:11:04 Y al final le dijo al informante persa,
0:11:07 andá a decir a tu rey que algunos griegos saben callarse.
0:11:11 Claro, ese silencio del tipo tenía un significado,
0:11:15 pero que no empezó a funcionar hasta que fue explicado con alguna palabra.
0:11:21 Que es como decíamos un poco aquí, el tipo que opinaba también de silencio,
0:11:27 pero tenía que movilizar esa opinión hablando de ella.
0:11:30 Y en realidad en toda defensa, o sea, para plantear el no hablar, hay que hablarlo.
0:11:42 Estamos hablando nosotros esta noche sobre el callar,
0:11:45 y no hacemos otras cosas que hablar.
0:11:48 Y del mismo modo se creó que el silencio es una entidad negativa.
0:11:54 Es como la espera.
0:11:57 Algunos dicen, bueno, la espera o el silencio se pueden cargar de significado.
0:12:03 Se puede cargar, se ocurre algo después, como los que hablan de los silencios musicales.
0:12:07 Y claro que es importante el silencio en la música.
0:12:10 Sí, pero si es solamente silencio.
0:12:11 Pero si es solamente silencio, es nada.
0:12:13 Y es claro que la espera o el silencio, que es una metáfora tan cercana de la espera,
0:12:21 que casi es lo mismo.
0:12:23 En el caso de la música, es lo mismo.
0:12:26 Solamente se resignifica una espera.
0:12:30 Sí, después pasa algo.
0:12:31 Cuando viene alguien, cuando crea, si después sucede algo.
0:12:36 Uno puede decir que es fantástico dilatar un placer.
0:12:41 Uno está esperando, hace más larga la situación de no hacer nada para luego hacer.
0:12:48 Pero si no sucede nada que resignifique esa espera o ese silencio,
0:12:53 la espera, el silencio, el silencio, no son nada.
0:12:59 Yo creo que el silencio es hermano de la soledad, de la ausencia, del nunca,
0:13:09 de lo que no es, de lo que no va a suceder.
0:13:14 Y, por señalmente, de la angustia.
0:13:17 Así que, hablemos.
0:13:24 Mi madre, que era docente, solía recitar un proverbio que decía,
0:13:37 de haber hablado, he me arrepentido muchas veces, de haber callado jamás.
0:13:42 Tal vez, mi vieja decía.
0:13:45 Yo diría al revés.
0:13:49 Mis mayores arrepentimientos son por no haber hablado,
0:13:53 por no haber dicho algunas cosas a las personas que yo más he querido,
0:14:03 por no haber hecho confesiones en el momento oportuno.
0:14:09 Así que, ahora vamos a escuchar una milonga que cuenta una de esas historias.
0:14:13 La historia de alguien que no habló cuando tendría que haber hablado.
0:14:17 Se llama, nunca le dije nada.
0:14:20 Y es una milonga que canta ahora su autor, Omar Moreno Palacio.
0:14:43 Hacía mi manera y fue mayor ánelo.
0:14:50 El perfume de tu pelo y tu carita anidiada en un son de comillada.
0:14:58 La tristeza de tu llanto, pensar que te quise tanto y nunca te dije nada.
0:15:13 Capaz de montar un truelo por un porro de ginebra,
0:15:28 o doy mil por cien polebres sin que me ve el veneno.
0:15:35 Mi sangre no tiene freo para cualquiera tropeyada.
0:15:41 Hago matancia sin nada al hielo más entrañudo,
0:15:45 yo que gritan por acudo y nunca te dije nada.
0:15:51 Más o menos, me dices que me dices.
0:15:56 No me dices nada.
0:16:00 No me dices nada.
0:16:05 Está en filosofía.
0:16:08 Hay en mis noches serenas.
0:16:11 Hoy con una voz que con pena me dice,
0:16:14 yo soy María.
0:16:17 Me digo el mi fan, Casía.
0:16:20 Se ha gigante una encordada que un triste tanto me llega.
0:16:27 Pude ser tu santo pega y nunca te dije nada.
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