Querido Mariano : sabrá Dios quién eres... ¿Grandes esperanzas como Dickens? puede ser; pero no en el sentido que le diste. Ver tu nombre fue sinónimo de alegría, porque volvería a leer y a sentir, una presencia que convertía en placer, en comodidad del alma y sana disposición de la mente, desparramarse aquí en la lectura y el encuentro.
Se puede ser otro en todo, menos en esencia. Y la escritura tiene eso : no importa cómo dispongas tu ser dentro de las palabras, no es una máscara de hierro.
Gracias por el beso, aquí va otro mío.
Sólo te pido, que si es posible, "vuelvas". Siempre fue un placer leerte.