Silvio Rodríguez, por favor, Silvio Rodríguez, haaaaaaaaaaaa.
Tiempo atrás hice un viaje de más de 1000 kilómetros ida y vuelta con una familia conocida en su auto.
Apenas arrancar el conductor, jefe de familia, puso en la radio del auto un cassette de Silvio Rodríguez con 11 canciones y un silencio antipático y malhumorado apareció en el resto de la familia.
Al terminar un lado del cassette el conductor lo daba vuelta y volvíamos a escuchar las mismas canciones una y otra vez por lo que duro el viaje de ida.
Les juro que en algún momento estudie la posibilidad de abrir la puerta y tirarme en alguna curva.
Horas después para el regreso, el conductor insertó nuevamente el perverso cassette, pero “alguien” había dejado el infame adminiculo al sol de enero sobre el tablero negro todo el mediodía y parte de la tarde, por lo que la cinta se convirtió en una especie de gelatina que no solo se arruino ella misma sino que arruino la propia radio.
Fueron más de 500 kilómetros de conversación animada de los pasajeros mientras el conductor miraba fijamente el camino, casi sin pestañear.
Estoy seguro que ese día no solo salve mi salud mental, si no que al mismo padre de morir asesinado por uno de su familia, con un cassette clavado en el pecho escuchando el Unicornio Azul atravesándole el corazón.
Pregunto, ¿Qué músico puede ponernos en un estado de emoción violenta con solo escuchar uno de sus discos más de 2 veces seguidas?
El mío Silvio Rodríguez.
Ricardo Ebook el miércoles, 03 de noviembre de 2010 a las 12:39 PM
en La venganza será terrible del 02/11/2010 dijo: