https://youtu.be/Li8zUq32Mx0
Hay un hermoso jacarandá al costado del puentecito de Figueroa Alcorta, del lado opuesto a la Facultad de Derecho... Tal vez esa ley que faltó, que le dio la espalda, se equilibre alguna vez con lo que, a la hora en que la muerte toma el mando, se presenta digno del otro platillo : la vida, la lluvia de flores del jacarandá que no están en el suelo por pobreza del árbol, sino al contrario, por la desmesura de su vitalidad, compartida con lo alto y lo bajo sin que nada ni nadie tenga menos derecho o privilegio superior. Salvar la vida, cuidarla, sin calcular que la propia está en peligro, sin calcular quién la cuidará o la salvará,... ¿será semejante a su alegría y dolor por el jacarandá florecido y el atardecer, semejante a la queja del 1% hijo de las estrellas y, la nostalgia de su parte de cielo, la prueba ?... ¿ Será semejante a la revelación de sobrevivir entonces trascendente y, morir después por la inhumanidad del 99%... de sus desemejantes, a las puertas de la tierra prometida ? Tal vez es más simple : cómo mira, qué ve, dónde se conduele o es feliz, y qué hace con todo eso, nos advierte cuándo la naturaleza y la misión de un hombre o una mujer, llevan en el halo de su ansia de justicia, en el aura de su bondad y belleza, la melancólica tragedia, la poética elegía, de una muerte anunciada.
Sé que el jacarandá y el atardecer, recordarán y dirán su nombre. Y que caminan sobre la tierra, los capaces de oírlo.
Habrá salvado para muchos el disfrute de los atardeceres, de las flores del jacarandá... Y habrá salvado a muchos para que vieran por primera vez.
Le regaló a mi padre quince años.
Viyi el jueves, 03 de diciembre de 2015 a las 08:14 PM
en La venganza será terrible del 02/12/2015 dijo: