¡No hay veneno que valga,... y ay mi dios, si sabré de veneno,... cuando llega la Música! El veneno vuelve a ocupar su lugar de donde nunca pretendió salir.
Cuando el maestro Gancé hace música, cuando Alejandro canta, cuando el Dúo maravilla con complejidades como fue la interpretación de Mi noche triste. Y cuando el Trío sin nombre está con su color, su nota, su ritmo : se completa el fenómeno de esta fusión de Músicos de Honores, comprobable, y que consiste en dar armonía al metabolismo...
¡Y lo llaman "segmento musical" ... cuando es la irrupción de un todo en paisaje sonoro!
Magos de la psicoacústica "adivinan" cada savart de veneno y el alquímico remedio.
Regresan el corazón perdido - por el efecto del veneno - a casa... Alegre y saludable la esperanza...
Y vuelve la propia percepción, dignificada, constructiva, soñadora.
No se vayan nunca, La Música, los Músicos. El tesoro que vino de tu Mano Alejandro. :-) ♥
viyi.v.pelayo el martes, 04 de febrero de 2014 a las 01:51 PM
en La venganza será terrible del 03/02/2014 dijo: