Es muy interesante recibir las respuestas a un comentario descriptivo
"Un fundamentalista menos" Se recurre, una vez más, al argumento
ad hominem, descalificar al emisor en lugar de debatir el argumento.
Para simplificar al extremo: Es lo que hay.
No quiero dejarte pasar esta: sos el perfecto ejemplo del señorito satisfecho de Ortega, ese ser gelatinoso, invertebrado y apenas apto para la supervivencia por sus propios medios, que cree que el universo está ahí para complacer hasta el mínimo de sus caprichos y que llora como una nena de seis años cuando tiene que hacerse cargo de sus actos o sus palabras, al gritito de «¡Me atacan, me atacan, salvajes, brutos!» con voz muy aguda.
Hablás de argumento ad hominem; como la deconstrucción no llegó nunca al barrio, los muchachos hablaríamos de maricón, si tuvieras suerte ese día (podría ser peor, te lo juro).
No sigo porque me das asco.