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La venganza será terrible del 05/07/2013

Comentario #57530

carracho

carracho el lunes, 08 de julio de 2013 a las 09:14 AM en La venganza será terrible del 05/07/2013 dijo:

...."En el siglo XVIII una tal Madame Gaillard regentaba en París un hospedaje para niños abandonados. En ella aceptaba toda clase de huérfanos siempre y cuando alguien pagara puntualmente la renta. Las finanzas de la Sra. Gaillard eran sumamente sencillas. La mitad del ingreso estaba destinado a la manutención de los niños y la otra a su propio beneficio. El negocio tenía que ser rentable y ni la muerte de algunos pequeños durante el invierno lograba alterar la exacta repartición de los recursos. La conducta de la Sra. Gaillard, aparentemente inhumana y fría pero en nada diferente de las de sus coetáneos, obedecía a un temor obsesivo. Le horrorizaba la idea de morir en un hospicio público, como había muerto su esposo en el Hôtel-Dieu, rodeada de multitudes enfermas y desconocidas. Madame Gaillard había calculado con exactitud el dinero que necesitaba para disfrutar de una renta que le permitiera en la vejez morir en su casa. Cercana a los 70 años cerró el negocio. Creyendo haber alcanzado su meta decidió vivir de sus rentas para esperar tranquilamente la muerte en un pequeña vivienda adquirida para dicho fin. Pero, condenada a la longevidad, antes de la muerte llegó la Revolución francesa y con ella los asignats y uno de más espectaculares procesos inflacionarios del cual todavía los gobiernos contemporáneos no han aprendido lo suficiente. A partir de 1789, con fantasías muy diferentes de las de Madame Gaillard, el gobierno revolucionario, buscando cubrir su gigantesco déficit presupuestario, autorizó emisiones sucesivas de millones de livres en notas de papel moneda basadas en un hipotético valor de la tierra y su posterior redención. Forzada a recibir en pago la malditas hojas de papel impreso que al instante perdían su valor, la longeva señora no pudo sino ser testigo de su impotencia ante la rápida desaparición de sus ahorros que con tanto esfuerzo y trabajo ingrato había logrado amasar a lo largo de toda su existencia. Con más de noventa años y un tumor en la garganta que le impidió protestar, Madame Gaillard fue llevada al hospicio del Hôtel-Dieu donde murió a la vista de todos en una sala atestada de viejos enfermos y moribundos."