Robert... "Viyi: ¿Te parece que Dolina se hace el enojado? ¿Que es un personaje lo que hace? Yo no lo creo. Creo que sufre de verdad el mal trabajo de su producción, producción que además le filtra los mensajes para que no escuche lo que piden algunos oyentes (o no se los filtran y Dolina los lee y pasa)
Dolina no se enoja - pero por pereza, sabe que tendría que sostener con actos esa indignación aún cuando diga "no me importa nada".
Insisto que se relaciona desde un calculado perfil de hombre que lo protege de la exposición frontal ( que "haga" el público) del compromiso frontal de la exposición ( ahí tendría que "hacer" él )... Lo que él llamaría, no ser suicida - ni ser como en "El puente" el blanco ingenuo de "cualquier" lanza cuchillos. Cuando él lanza cuchillos, el esforzado ejercicio para comprender el blanco, es también un acto de amor.
Si Dolina - el amado o querido o admirado o envidiado u odiado - existe tal como afecta, connota, denota, acota (sin importar orden) habrá que recurrir a la "imago" construida, con las vivencias y abstracciones de vivencias, del tiempo compartido y comunicación operada, en LVST, en sus libros, en su música, en las experiencias personales no públicas - no por ser secretas sino por ocurrir en una dimensión íntima inaccesible a los otros - y en los acercamientos intensos, alertas, silenciosos o charlados al fin de cada espectáculo. No hay otro "juicio" posible. Y me parece que el concepto "juicio" está fuera de lugar y razonabilidad.
No me da la liviandad para cuestionar a M. Iglesias - la compañera - ni discriminar entre mujer y profesional, sospechando que "conspira" contra el programa y contra la adultez y la libertad de Dolina ( desalentadora visión de él).
Respecto a si "él lee y pasa" los mensajes, me parece más lógico. Se supone que quien escribe su reflexiva ponencia, quiere compartirla a quien es el alma y centro del programa : entonces, es leída si le interesa, se entera, el mensaje llegó a destino... Pero tal vez no.
Si hace mucho que presencias el programa, recordarás que hubo una época en que el "papelito" era leído a veces en voz alta y a veces en silencio, luego, arrojado al suelo. Quien lo había escrito de corazón, imagino sentiría la cínica punta de una sica en el pecho... Y sin embargo, había que decidir, la decisión era del espectador; creer o no creer, creer lo mejor o lo peor, aceptar ser catalogado de "pichi" o estúpido o ingenuo o puro,... perder la condecoración -para el varón eso era- o la flor -para la mujer lo era- del hombre o el maestro admirados : la cualidad de ser inteligente o ser digno de cariño ( ¿no dijo el mismo Dolina "escribimos para ser queridos" ? ).
Creerle a los ojos o creerle al corazón y al razonamiento : eso definía en una época a la gente de LVST. Y la decisión no era pública; simplemente se tomaba y se seguía. También seguramente por diferentes ( no diré "distintas" como Rolón) motivos.
El único problema real existe en su posibilidad como en todo aquello que es : que Alejandro Dolina, se vacíe de LVST, no "esté" más en el entramado circulatorio, neuronal, afectivo, del cuerpo del programa; porque él es el alma y un cuerpo cesa cuando el alma se va.
Pongamos nuestra fuerza, voluntad y entrega, amantes, pensantes y creativos, para que no ocurra, para que jamás pueda usarlo como cohartada, como justificación, que no pueda decir como Sócrates que "no hay otra salida",... pues aún con Cartas Marcadas se puede jugar. Y hay que confiar que es el Orden quien se las marca al Caos ( ojo con el diablo, a veces se pone el traje de comodín y te hace creer lo contrario ).