Bueno, será grabado, será la tercera vez que lo escucho - o que recuerdo - pero me ha gustado aún más que las veces anteriores.
La voz de Alejandro, alegre, con la cuota justa de todos los matices e intenciones, hasta con su dejo de cansancio o "tontería" ( como dice el presentador cada noche )... Pero también la voz nueva de todo, porque extrañar causa que sólo se vean renovadas virtudes. Se despeja el camino de mis oídos, el viento de la voz sortea la máquina del cerebro, y sale a la terraza de cielo estrellado del ser. Y hay frescura y hay Luna.
Y allí se alegra el corazón, con lo que dicen los amigos. Dorio y Barton, sólo lo lindo de escucharlos, lo lindo de bien creerles.
Moreira y su música del alma que paga...
Dos alas tiene un pájaro...
Y sí hay algo milagroso y manosanta, sucede en lo suprasensible que no es ostentoso ni fácil se ofrece, como los jeroglíficos egipcios su misterio es íntimo, y como cierta ciudad conserva cimientos para reconstruirse. Suelen del ser cubrirse las líneas del diseño y el espíritu. Inhóspito a la mirada, común a la repetición, suele aparecer lo verdadero, la belleza de lo necesario.
Los oí, los imaginé, los acompañé, con las cualidades que tienen las noches de Luna... O como en un día claro se ve hasta siempre...
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