Dolina —Eso no es resolver un problema. Fingir que no tenemos el problema no es resolverlo, amigas.
Mas allá del chiste y el tortazo a Rolón y por consiguiente al psicoanálisis, esto es justamente lo contrario de lo que se le enseña a la gente, ya no en el psicoanálisis sino en general en la vida. Resulta que no es todo tan blanco o negro, y si bien hay problemas por los cuales uno no puede hacer nada para resolverlos, tampoco puede uno aplicar el mismo método para todo en la vida, cosa que es muy pero muy común y que incluso la propia gente aconseja.
En el peor de los casos, que es casi siempre, no solo se "aconseja" no hacerse problema, sino que al que se hace problema, se lo aísla, se lo trata de raro, malo, loco, tonto... de tóxico. Así empiezan los discursos en contra de los "negativos", los que piensan y por ende se amargan o no consumen las cosas que se les ofrecen. Nos amargamos. Y es que, si me dicen que este mundo es el ideal, estamos condenados. Y no hablo de preguntarme por qué algunos andan tomando sol en un yate y yo no. No es tan simple, chicos.
Resulta que en la "Y" donde uno elije para donde ir, puede tomar el camino del 'espiritualismo' cargado por supuesto de una buena dosis de oscurantismo y negación del conocimiento, magias, sucesos paranormales, suerte, religiones junto con el mas inescrupuloso de los tipos de capitalismo y materialismo, como para justamente, olvidarse de esas cosas malas que no quieren ni escuchar hablar. La moral aparece para cuidar los intereses de los que andan publicando este tipo de pensamientos o como ellos llaman "filosofía de vida".
Después del otro lado estamos los que siempre, como dijo Dolina alguna vez, andamos con el puñal clavado, pero intentamos reírnos igual. Los que advertimos y somos rechazados y maltratados, los que somos rechazados por "negativos", los amargados, los censurados, los que no nos gusta el ridículo público, los que no estamos interesados en la fama ni nos importa un bledo que los demás sepan qué hacemos y los que sabemos reconocer la mas elemental y cabal estupidez.
Pero a no temer, amigos positivistas, espirituales, millennials, centennials y generación X: hay maneras de enfrentar a los amargados tóxicos. Por una módica suma pueden comprar algo lindo para olvidarse de que trabajan mas de 8 horas y haciendo cosas que ni siquiera estaban previstas en su rol. O pagarle un porcentaje mensual a alguien para que nos cuente la historia del bien, el mal y la vida eterna. O pagar para ir lejos, lejos, a no dormir bien, andar a las apuradas pensando en cuanta plata y tiempo nos quedan, para sacarnos unas fotis bárbaras para mostrar en nuestros perfiles sociales... para luego volver a casa y ver esa grieta en la pared que nos cobran carísimo para arreglarla. O pagarle a alguien para que nos escuche cómo es que nuestra novia de golpe se siente confundida y parece que ahora tiene novia no binaria; todo después del viaje a Praga y las fotis.
En fin.
Me vuelvo a la caverna a ver sombras, a ver si en un tiempo me aceptan.