Tenés toda la razón, Mariela; aunque Dolina me pareció especialmente ajeno al texto sobre el núcleo terrestre que él mismo leía, no hay razón para pedir que LVST sea un medio de divulgación científica. Me traiciona el deseo (la desesperación) de que en los medios masivos de Argentina aparezcan personas capaces de despertar pasiones tecnológicas y científicas en sus audiencias, y de sacarnos de una vez de esta pesadilla posmoderna de licenciados en coso con perspectiva de verso, de psicoanalistas y comediantes woke que se autoproclamaron sumos sacerdotes del chamuyo New Age y de la corrección política como concepción obligatoria del mundo (al mejor estilo del _Ausrichtung _ de Ernst Krieck, profesor de filosofía y pedagogía de la Universidad de Heidelberg durante el nazismo). Es solo un sueño, claro, porque ya es demasiado tarde para lágrimas.