Te está cargando, flaca; eso lo copió de cuando leían al aire los poemas de la revista «Tú» con Dorio y Stronati. Largalo, que te va a hacer deudora o cornuda.
Como fuera, del mismo modo que renuncié al Dolina actual (o quizá a sus circunstancias), también renunciaré al Rolón actual y me limitaré a comentar sus intervenciones más felices (que fueron muchas) en LVST. Ese paraíso de ositos de peluche y felicidad algodonosa de living con Netflix y delivery me patea el hígado; prefiero un mundo más áspero, más beligerante, más expuesto a los elementos y a los placeres y dolores intensos.
Como dijo Dolina en una charla memorable sobre James Barrie: ¡Ay, muchachos, qué hermosas estrellas brillan en ese cielo de mi olvido!