En realidad, estaba oyendo una imitación del locutor de Crónica TV que hacía Stronati en LVST, y recordé no sin nostalgia a esa manga de sociópatas que hicieron del noticiero televisivo una forma de arte surrealista e imprevisible. Cada vez que me siento triste y cansado, miro alguno de esos videos de placas rojas y recobro la fe en el futuro de la humanidad. Sí, eran crueles hasta la médula; pero con los buenos sentimientos no vamos a ninguna parte, como lo demuestran sin cesar tantos de nuestros dirigentes.
A propósito de esa novela de Dickens, me pareció un embole; sin embargo, la introducción es de por sí una obra maestra, y hubiera sido deseable que Dickens se detuviera ahí. (Pero no, tenía que cubrir los gastos de su revista All the Year Round, cosa que hizo con mucho éxito.) En cambio, en The Posthumous Papers of the Pickwick Club está casi todo el humor de Dolina (algo que él jamás negó y hasta admitió con orgullo).