2+2, estupenda.
Mauricio, muy bien también, ha salido con decoro de tan difícil trance (yo creo que rimar schultz debe ser tan difícil como rimar indio).
Recojo dichos y disputas que se vienen repitiendo por aquí y sumo mi granito de cizaña, o mi cemillita de arena: Dolina pum para abajo. Lo respeto, lo admiro y sobre todo, coincido dolorosamente en su visión crudamente existencialista, por lo que suelo sentirme muy hermanado cuando hace sus comentarios desalentados.
Pero pum para abajo. Y yo creo que él es él y tiene mucho para celebrarle, pero no hay persona que resista un programa diario durante décadas sin gastar hasta lo último que tiene y empezar a repetirse indefectiblemente.
Él, con su forma de pensar, debe ser el primero en saberlo.
Lo único que puede oxigenar la dinámica del programa y variar noche a noche el contenido es la interacción con otros personajes, porque ahí sí, entre dos, mejor entre tres, surge una feed back que permite que la cosa se renueve, que aparezcan nuevas cosas, originales y distintas.
Lo notable es que este año haya elegido rodearse de gente que no puede seguirle el tren y que nada, nada le aportan al programa.
El Pollo Mactas, un cero a la izquierda.
Barton, sin quitarle méritos que tiene, no anda para el programa.
Coco Zilli, mi dió!
Cabito, ay!
Schulze, pero andaaaa
El Pollo tenía bagaje intelectual, pero no química para seguirle el tren. Los demás no logran mayormente una química, y encima son unos zoquetes.
Caso aparte es, para mí, Guillespi, que tiene una onda naif, inocente, caido de la palmera que me resulta extremadamente simpática y es una presencia que saludo, pero falta la contraparte a su descuelgue, falta el contrapeso intelectual del otro lado, que hasta el año pasado hacía Rolón, y años atrás otra gente.
Dejé de guardar los programas, no me aportan absolutamente nada nuevo, nada para recordar, ahora escucho y borro, y si me sigue produciendo esta nada, creo que voy a empezar a escuchar los programas viejos que me hacían matar de risa, reflexionar y aprender.
P.d: Fabian Zalazar, capo, maestro.