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La venganza será terrible del 08/07/2013

Comentario #57538

daril_dada

daril_dada el miércoles, 10 de julio de 2013 a las 12:53 PM en La venganza será terrible del 08/07/2013 dijo:

Justo tuve ayer una discusión sobre el uso de las "malas palabras" y como me quedé con mucho que decir y prácticamente me callaron subiendo el tono, voy a descargarme acá, con todas mis ignorancias y falencias.
Aclaro que soy un fiel creyente de las malas palabras y estoy un poco en contra del adjetivo de "malas".
Mi interlocutor sostenía algo parecido a una de las ponencias de Dolina: "las malas palabras reducen el matiz". Mi interlocutor ponía a las malas palabras como cascarón de proa de "la decadencia del lenguaje y la cultura". Sin embargo, no me parece que sean las malas palabras las culpables.
Ver el caso (argentino por lo menos) de cuando alguien se encuentra con otro y lanza un insípido “¿Cómo estás?” y vuelve la respuesta automática: “Todo bién”… acá se ha perdido el matiz sin necesidad de uso de malas palabras.
Además, las malas palabras tienen su matiz, no es lo mismo pelotudo, que boludo, que forro, que hijo de puta, estas además cambian de sentido con el tono, el contexto y quien las pronuncia (como le gustaría a Dolina) una mujer diciendo “soy puto” tiene una fuerza y sentido distinto que si lo dice un hombre (leído en un poema de una brasilera cuando trata de describirse, no recuerdo nombre ni nada en este momento, ni tengo los papeles conmigo, para poner acá la referencia). Boludo puede ser ingenuo, o servir para denotar que se ha cometido un error… hijo de puta puede ser un insulto o un elogio…
Quizá el problema es que el cambio en las tecnologías y formas de comunicación, hayan hecho que seamos mucho más concientes de que “el texto no es el mensaje” (cosa que sabía Aristóteles) o que podemos lograr la comunicación sin ser precisos en el mensaje (ej: T k mucho, xx, : ), etc).
Claro que como las malas palabras tienen un contexto, es importante la ubicación, o sea, saber desde donde se habla, donde uno esta, cuando usa una mala palabra y es acá donde entra el “control” que uno ejerce sobre el lenguaje y el discurso. Hay momentos donde un insulto es irremplazable y decir “demonios” es inadecuado. Creo que por eso no deben usarlas los niños: porque no las entienden, no saben que significan, cuando usarlas y cuando no (como muchos otros no deberíamos usar parangón o metempsicosis tan alegremente).
No sé, tratar de limitar las malas palabras “en general” me parece como tratar de prohibir el rubro 69 de los diarios, los que anotaban en el 69, anotarán en otro rubro, que se yo.. “masajes a domicilio”… o “alquiler de gatos” en el rubro veterinaria…
En algunas épocas estuvieron prohibidas (por blasfemas) y surgió un equivalente “no blasfemo” ej: “Sacre blue” por “Sacre Dieu”
Es que esas “malas” palabras, son necesarias y de ser desterradas, se filtrarían nuevamente en el lenguaje y volveríamos a decir “me cache en diez”, cosa que usa mucho Dolina y funciona, porque nosotros “sabemos” que es lo que debería decir ahí y no dice.