Si Dolina es implosión con efecto residual que después se exterioriza, Dorio es explosión constante, que después, se interioriza. Dolina es lento y premeditado, como una raíz en crecimiento. Dorio es rápido, impulsivo, trozos de sí mismo que lo preceden son sus ideas; más urgidas que él, se atropellan con el aire, en la angustia de que el viento se las llevará antes de cumplir su cometido. Dorio es un cuerpo que piensa. Dolina es un pensamiento que se carnaliza. Uno y otro hombre, disonantes en sus naturalezas a causa de las necesidades de sus ritmos, pero con una esencia común que los reúne.
Uno es un perro que irá a avisar al amo del peligro. El otro es un perro que saltará sobre el peligro.
Imagino a Dorio como al perro que se adiestra para proteger a un niño, y que un día muerde al padre porque amenazó al niño : y recibe una golpiza o un balazo.
Imagino a Alejandro, como al lobo que rodea al rebaño, lo agrupa, no lo ataca, vigila a los lobos que se acercan, porque puede interpretarlos. Es cruel cuando cree que la oveja no comprende; gravemente cruel.
Dorio lanzado a la carrera, es ciego a los alambres de púas y a lo que ha pisoteado; pero se detiene en seco, a la primer queja de lo que ha pisado.
Dorio es un caballero, sensible y caótico.
Dolina, es un maestro, que sobreexige encima de la queja de los sentimientos.
Uno es duro por dentro, el otro lo es por fuera.
Uno es un gigante, el otro es una montaña : tienen la obligación de respetarse.
Quererse, ya se quieren. Cada uno a su manera.
Tendrán que aprender a igualarse en el modo, según la prioridad, según la necesidad del otro.
Tendrán que retomar sus clases de danza. O cambiar la danza que eligieron.
Queremos paz, no guerra.
Queremos el verde valle.
Queremos la montaña azul.
Queremos el gigante que puede experimentar la circulación de la sangre de la tierra.
Queremos el campo cultivado, con la menor cantidad de tallos aplastados a su paso.
"Cada uno es lo que es y anda siempre con lo puesto"
Pónganse de acuerdo, cuando erstán juntos, en lo que "visten".
Te amo Alejandro.
Un abrazo Dorio, tiene - hasta ahora - la simpatía de mi corazón.
Dorio es sanguíneo, extrovertido, se imprime en la existencia, es el arremeter de la tierra erguida que al mismo tiempo se da en materia y sobre la marcha se modela, una herida apasionada y una cicatriz apasionada; fuerza, que parece violencia; no mira lo que hace hasta que está hecho. Su torpeza es celo; la tierra tiene un mandato, la marea tiene un mandato : él los cumple; tiene miedo de no cumplirlos, porque no es dios, no es el hacedor de la materia, es la materia. Dorio no es su acto, es la intención de su acto.