Jaku, no exagere. ¡Confíe en el buen juicio de los demás, canejo! Ni una cosa ni la otra. Ya está igual que Mandeb, que se aterra de cada cosas. Con toda la onda, Manuel.
Pero Jaku, José Domingo... ¿No hay en sus familias esas tías viejas que sólo se aparecen para los velorios? Son como una especie de bombero sin teléfono, que se acerca por el olor a humo, sin que nadie lo llame, sólo para mirar los restos del incendio, sin aportar nada. Puede que se indigne, puede que diga "yo les dije, que no prendieran el cirio al lao de la cortina", puede que escupa sobre una brasa o prenda un puncho. Nada útil.
Tiene razón, Jaku. Omitamos referencias nominales o ideológicas: la pelotudez carece de ideología.
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Manuel, de veras, con onda, me parece que una cosa es la crítica y otra cosa es tomarse atribuciones sobre la obra ajena. Por ejemplo, los puentes de Calatrava me dan vértigo: tengo que ponerme a mirar la estructura por un buen rato hasta asegurarme de que esa cosa está bien sostenida por unos polígonos de fuerza demasiado rebuscados. Reconozco que son bellos, los puentes esos, pero creo que el tipo como que hace años que viene vendiendo lo mismo. Ahí está la opinión, la crítica.
Lo que no voy a hacer es escribirle a Calatrava una carta diciéndole que bien haría en empezar a variar con el diseñito, porque se le ve el plumero, y por otra parte, basta de colores claritos. Y de paso un poco de exploración con materiales nobles, que tanto hormigón y metal ya me tienen más bien cansado.
Un ejemplo burdo, claro. Para mí una de las mejores definiciones del alcance de la crítica es la que aparece en el prólogo de "El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde.
Saluten!