Chile y Japón son los países más sísmicos en el mundo. En consecuencia, también los más preparados para soportarlos (el terremoto grado 7 de Haití tuvo cerca de 100mil muertos, el 8,8 de Chile algo más de 500).
Lamentablemente, a pesar de poseer edificios que resisten y una cultura sísmica que nos permite tomar las precauciones adecuadas, no estamos preparados cuando éstos sismos vienen acompañados por tsunamis. La mayor cantidad de muertos se debe a que no hay tiempo para evacuar las zonas cercanas al mar, o muchas veces falla la comunicación para alertar a la población.
En 1985 hubo en Santiago un terremoto grado 8 y fallecieron menos de 150 personas (no hubo maremoto). El año pasado, el de 8,8 mató a menos de 100 por efecto del movimiento, el resto fue por el maremoto.
No podemos culpar a las placas tectónicas de todo, son las responsables de la riqueza de mi país y son las que me alimentan diariamente (no puedo ser mal agradecido). Lo que se debe hacer es aprender a convivir con ellas, entenderlas e incluso disfrutarlas. No crean que hay frivolidad en éstas palabras, estoy muy cerca del dolor como para tomarlo de esa manera.
Un reportaje a chilenos que vacacionaban para el terremoto del año pasado reveló que muchísimos de ellos sintieron (y lo lamentaban) que se perdieron una experiencia única. Crearme que es cierto.
Abrazos.
Mauricio Ureta el sábado, 12 de marzo de 2011 a las 04:08 PM
en La venganza será terrible del 11/03/2011 dijo: