Por cualquier cosa se irritan. Así no se puede vivir en paz, ni opinar de nada, si todo se transforma en una causa, una batalla, una cruzada. Son simples ideas, ni mejores ni peores, tal vez equivocadas. Ni siquiera ideas, apenas comentarios u opiniones, subjetivas, como todas ellas. Aún así tenemos derecho a equivocarnos. ¿O tampoco? Quitemos dramatismo hermanos. No somos muy distintos, aunque algunos se crean más iguales, más justicieros, más compasivos, más correctos, más bondadosos y que en su fuero interno tengan la convicción de ser moral y políticamente superiores, sólo por seguir la ideología de moda.