Angie : 1) Parece que no copió. 2) Sí copió, pero no puedo localizar lo copiado - me encontré en cambio con la música de Adolfo y 2 ó 3 álbumes que ya estaban en la pc cuando la compré (¿serán de muestra?) - Volveré a intentarlo o buscaré un técnico.
Pero eso sí : la Memoria me gratificó con sentimientos y vivencias. La verdad que nunca dejó de serlo, aunque no logró su cometido, me acarició el alma...
Bellísimas las canciones y la música. Todavía estoy dentro de ese clima, de pasar de nuevo sobre el corazón.
Angie, yo me refiero a lo que es luz roja en nuestra historia y disonancia en nuestra idiosincracia...
Vea la imagen siguiente : un obrero, un hombre fuerte. Alguien pasa por la mañana, lo ve trabajando, concentrado, no habla; conectado con el aquí y ahora y sus compañeros, está "solo" pero tiene coraje para creer en sí mismo.
Los otros alrededor, se detienen, conversan, ríen.
Una parte de ellos hace el trabajo con desidia, asimilado en sus gestos que connotan, el precedente prejuicio como juicio aquí y ahora, de que su esfuerzo lo disfrutarán los ricos, que su mano de obra no vale nada, no tiene prestigio; que están gastando inútilmente su capacidad, su vitalidad, su tiempo, que no habrá trascendencia ni respeto; lo hacen sin valor ni esperanza, con rencor.
Otro grupo, calcula el tiempo, el clima, la paga, se adecua a la forma de trabajo que le reporte pasarla bien; pone música muy fuerte y, olvida todo excepto que volverá a su casa al terminar.
Alguien pasa al mediodía... El hombre con el torso desnudo, bello color de piel pero a punto de sobrepasar el límite, a punto de perder lo sensualmente sano por el fuego en su cenit, está sentado, callado, escucha a los otros, sonríe y ríe, mientras mastica y bebe, tranquilo, entrecerrando los ojos por el humo del asado; pero mantiene lo sobrio, lo reconcentrado, la identidad, el estilo,...lo que suele llamarse clase o carácter: ha completado su tarea, su parte.
Algunos, miran con miradas indignas; hablan con palabras indignas; beben con placer destructivo; sus herramientas de trabajo están tiradas, su parte de tarea a medio terminar.
Otros, piropean a las mujeres que pasan, comentan sobre las suyas, cuentan chistes, descansan, olvidan que es una obra en construcción, tienen miradas de campo abierto, de estar pensando en el río.
La descripción suya Angie, cabe al segundo de mis ejemplos : sienten como un castigo su situación, los esclaviza, se sienten escoria, reclaman del modo equivocado, con un sentimiento contaminado, la justicia cuya aspiración los encuentra débiles o quebrados. No tienen con qué ir por ella. Excepto y mal, la violencia interna, incluso la que es mecha que sólo necesita el grado adecuado de calor-provocación, para salir.
El tercer ejemplo, es el de los que saben acomodarse : aquellos a los que salva su sensualidad, el ser primario y natural que se las arreglará para sentir lo lindo de la vida, aún en la crisis crónica.
A quien yo me refiero Angie, es a la primera persona : a su modo de sentir la vida, filosofía de pensar y soñar, con valores pragmáticos y sencillos, fuerza de voluntad orgullosa, que pueden describirse como su aristocracia : de lo que, el mundo que fabrica e inventa el mercado y las modas de conducta como prótesis de superpoder, ha dado en considerar muñón, "pobreza",... ergo situación de "enfermedad" que si no es transitoria, equivale a cuarentena del ser, aislamiento ... Y nadie privilegiado por la "revelación" de la propia importancia, debe "padecer".
Esa persona y acaso millones, son así... Esos seres a quienes los discursos y los dominantes mandatos sociales, despojan de realidad central, de pertenencia a un suceder CON LEGÍTIMA Y NATURAL REPRESENTATIVIDAD, VERDAD DE SENTIDO, GRANDEZA Y BELLEZA DE EXISTENCIA...Es necesaria y útil por derecho propio la permanencia de sus características, y su admiración. Porque no son la contracara de nada.