Mmmmm... Carla. Entre artistas suelen no criticarse mucho, salvo cuando están entre ellos, me parece. Pero si sucede (y por acá hay gente que sabe más de esas cosas), si la crítica es lo suficientemente explícita como para que la entendamos los mortales, supongo que sí influye. Por eso creo que lo mejorcito que podemos hacer es ejercer dos cosas, a saber: el respeto por la propia intuición y la humildad para aceptar que siempre podemos mejorar el ángulo desde el que podemos ver las cosas. Y la sistemática desconfianza por los juicios taxativos. Porque al fin y al cabo lo importante es el disfrute ¿no?
Que me critiquen mal "Tideland", de Terry Gilliam. A mí me parece maravillosa y la disfruto como chochán. Y que los críticos se deshagan en elogios acerca de "El aroma de la papaya verde", que queda tan lindo.
Abrazos