Bienvenida Mari, como dice Andrea no se preocupe por los golpes que esos me los llevo yo.
¡Ay de mí! Andrea que haría sin usted, es la luz que me irradia aun antes del alba, es quien resplandece todavía más que el sol, su generoso brillo me da la fe del esperanzado, sus ojos son como dos luceros que iluminan mi camino, un día los cerraste y me di contra un pino.
Es usted el festín de mis sentidos, todos mis limites no alcanzan a su franca belleza, entienda mi lujuria, su persona enciende el fuego de este dragón, me es propia la culpa, me son propios los pecados, cúlpeme de la fama, aunque no tendrá en mi razones para la soledad.
Está en usted la libertad de ir más allá, y soy hoy aquí esto que queda, mas no será mañana más que otro día, donde ya no esté lo que hoy queda, como humilde prenda vacía.
Ricardo Ebook el domingo, 14 de noviembre de 2010 a las 08:07 PM
en La venganza será terrible del 12/11/2010 dijo: