Esto que les voy a contar es la pura verdad: Tenía unos vecinos, una pareja de viejitos, que eran asiduos a una conocida iglesia brasilera.
Un día me contaron, muy emocionados, que le habían comprado a el pastor dos “terrenitos” linderos en el cielo, no en el cementerio, la luna, o cualquier otro lugar físico, sino que habían pagado con dinero real por unas parcelas en el cielo; y si bien estaban contentos de que sus lugares estuviesen juntos, a su hija no le consiguieron un puesto cercano por lo que el pastor, este pedazo de buen hombre, les gestiono, a un buen precio, un terreno del otro lado del arroyo que era visible desde sus celestiales dominios.
Me mude y no volví a ver esta gente, supongo que con los años se habrán muerto y estarán disfrutando de su parcela paradisíaca vigilando al otro lado del arroyito ver llegar a su hija.
Ellos tenían fe, uno solo se queda con la bronca.
Ricardo Ebook el martes, 15 de febrero de 2011 a las 06:27 PM
en La venganza será terrible del 14/02/2011 dijo: