La verdad duele. Lo entiendo. Es duro. Muy duro. Pero no me solidarizo con los que la sufren, porque amo la verdad, sólo me solidarizo con ella, porque a fin de cuentas, es la que hará el bien a todos. El verdadero y definitivo bien. La mentira, sirve, endulza, ayuda a sobrepasar cosas, o incluso a extraviarse en lo más recóndito y profundo de los infiernos, ayuda a trastocarlo todo, a invertirlo, a mezclarlo, hasta ya no saber más qué cosa es qué cosa, ni qué es bueno ni qué es malo. Pero cada minuto de mentira, por más agradable que ella fuera en lo momentáneo, es un minuto perdido. Por otro lado, cada minuto de verdad, por más dura y amarga que esta fuera, siempre es un minuto ganado para la eternidad.
Mariano C. el viernes, 15 de abril de 2016 a las 03:47 PM
en La venganza será terrible del 14/04/2016 dijo: