La palabra trabajo, trabajador, nombraba un objeto de tortura y castigo físico. Más adelante pasó a evocar una forma de tortura psíquica.
La búsqueda de aquello que nos permite sobrevivir y también vivir -es decir obtener aquello que el espíritu elige y que en cuerpo y alma necesita, pero no es impuesto-, se intenta de dos maneras : apropiándose o, contando con medios propios de producción... Y sin medios propios de producción, ni propiedad alguna, intercambiando fuerza y capacidades con quienes sí los tienen, son sus dueños, a cambio de una parte. Debería ser libre y natural lo primero (de hecho lo fue alguna vez). Debería, en lo segundo, ser justo o equitativo el intercambio y no habría "tortura psicológica" ni tragedia. Hasta aquí sólo me referí al trabajo y el trabajador, tanto físico como intelectual.
Lo demás, es explotación. La revolución industrial y los ricos y aristócratas, un eufemismo de los 7 pecados capitales, metáfora filosófica y ontológica, no religiosa: vicio.