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"Que Jorge Altamira haya tenido los mismos segundos de TV que Francisco de Narváez, permitiéndole superar el piso de cara a las elecciones de octubre, revela que lejos de tener un fin proscriptivo, tanto la nueva Ley Electoral como la nueva Ley de Medios habilitan discursos que antes quedaban sepultados por la oferta conservadora. (...)
En la foto electoral de ayer, Cristina representa casi la mitad más uno de este país. Pero ayer no es octubre. Mal haría el kirchnerismo en reposar sobre los laureles más de lo debido. Para usar una metáfora cinematográfica, se trata de la cola y no de la película completa.
Entre el conservador “nunca menos” y la exigencia del “siempre más”, Cristina tiene la llave de un futuro mejor. No está sola. Se lo dijo la sociedad en las urnas. Fue como una caricia al corazón después de tanta pérdida.
Pero también un llamado a no bajar los brazos, ahora que la Argentina parece haber hallado un rumbo que seduce a las mayorías populares como no lo hizo en las últimas tres décadas."