En realidad no es que tus comentarios sean un canto a la vida, pero por lo menos lo decís con gracia.
¿Qué? Soy el alma de las fiestas; la joda de verdad recién empieza cuando llego yo. Tendrías que ver cómo todos se retuercen de risa cuando cuento el chiste de que la vida es apenas un relámpago en una noche eterna y el universo un lugar espantoso y carente de sentido. Ni hablar cuando me pongo como Dorio a recitar The Hollow Men o el Bluebird de Bukowski; en el último casamiento se me suicidaron cuatro.
(La referencia a Dorio citando a Eliot está aquí, marca de tiempo 0:14:19; aunque esa vez confundió el nombre del poema, lo oí varias veces recitarlo de memoria y sin error. A propósito, de estos años solo oigo los programas con Dorio y salteo los demás; como dije antes, creo que él sacaba lo mejor y lo peor de Dolina, y que además elevaba la calidad del programa a un punto que ninguno de sus compañeros pudo alcanzar. Comprendo que muchos se molestaran por su verborragia y sus digresiones políticas, pero a mí me molestaba que esas mismas personas no tuvieran la nobleza de reconocer siquiera la menor de sus virtudes, que eran muchas. Seguro que son los mismos que después fingen quejarse de Tinelli.)
La observación sobre Shakespeare y la nitroglicerina me hizo recordar a las deliciosas maldades de Borges cuando hablaba o escribía sobre cine.
Mañana me prendo a la charla sobre rock; recién ahora pude leer tus comentarios y los de Ciudadano32.