En lo que a mí respecta la definición política de Dorio o de cualquier otra persona me importa absolutamente nada. Me parece muy triste que se evalúe (y aún peor: se insulte, desprecie u odie) a una persona por esas cuestiones tan menores y opinables (o por cualquier otra cuestión, en realidad).
El odio al que piensa distinto -tan común- revela el estado lamentable de un alma humana cuando se llena de ego (mis ideas son las únicas válidas, si otro piensa distinto entonces o es estúpido o es deshonesto. En cualquier caso, no llega a mi nivel intelectual y/o moral. Yo soy mucho mejor que él y no quiero escuchar ni tener trato alguno con esa persona, excepto tal vez para manifestarle mi desprecio).
Apuesto a que la humanidad va a superar ese estado de oscurantismo espiritual.
"Hay que matar el ego, y asegurarse de que esté bien muerto" decía el Buda.
Lo mismo, de una manera más poética, decía un humilde carpintero de Nazareth: "Bienaventurados los pobres de espíritu".