"Nadie se aguanta mucho tiempo aquí, ni siquiera tú y yo, sin atacar".
Tal vez no hay que aguantar.
Es como caminar contra el viento. No vas, no viene, en contra. Nos encontramos, vamos desde distintos cardinales, al encuentro.
El cuerpo se opone, se tensa. El viento parece golpear entonces. Dos superficies, él y uno, duras, cerradas, lisas: llevas disgusto al cuerpo, ofensa al viento. No es esa la ley; algo estoy impidiendo, "traduciendo" equivocado.
La que soy, asciende al escudo en que se fusionó la materia. Lo toca, lo vuelve, otra vez, celdas de panal abierto.
¡Hola viento, bienvenido, pasa a través de mí, acepto tu caricia, te siento, te oigo, gracias ! - le abre al viento.
No es el viento, sino lo que arratra en él, lo que irrita
Atendamos al viento, no a lo que arrastra.
El cuerpo se ablanda, se vuelve pasadizos para la energía del aire, soy leve, avanzo entregada a la corriente, sin hacer esfuerzo. Y desaparece el registro, sin actualizar por mi propia y nueva experiencia, y la violencia tiene otro sentido y efecto, sin embargo no ha dejado de moverse a igual o mayor velocidad; la velocidad ya no importa. La lógica negará lo que estoy diciendo : la experiencia lo afirma.
No hay lucha, ni nada que bloquee. Hay adecuación. Sientes que el viento está vivo. Y que estás vivo. Que entre los dos hay entendimiento : fuimos creados para dar con la solución, con el propósito de vivir en entendimiento.
Yo hablo de otra clase de "combates".
virginia el sábado, 18 de junio de 2011 a las 05:51 PM
en La venganza será terrible del 17/06/2011 dijo: