Junar es ver pero, en fin, que hablen como quieran, total... Una vez una vecina me contò que ella se comìa el tatù y yo la curtì a preguntas. Al final, resultò que lo que ella comìa no era un tatù sino el caracù. La gente oye mal una vez y sigue repitiendo mal. Es como cuando a alguien le anotan mal el apellido en el Registro Civil y luego todos sus descendientes tienen el apellido desfigurado por los siglos de los siglos. El perro se la debe tener "jurada" a Barton. Yo soluciono eso enseguida: le doy pedacitos de carne una vez y no me ladra nunca màs. Aclaro: le doy pedacitos de carne al perro. ¡Huy...! Ahora recuerdo que me mudè hace unos meses y mi perro no se vino conmigo, prefiriò quedarse en la casa. Tengo que ir a ponerle algo de comida en el platito que quedò en la cocina. Què perro raro, ¿no? Se comporta como un gato: no sigue al dueño, se queda en la casa. Una vez saliò en la TV un chancho que se comportaba como un perro, saltaba, corrìa y venìa cuando lo llamaban. A mì me gustarìa traerme a mi perro conmigo pero èl prefiere estar en la casa vacìa. La puerta tiene una abertura por donde èl entra y sale a buscar aventuras por ahì. Es un perro ermitaño, descendiente del lobo estepario. A mì me querìa pero debe tener algùn problema psicològico, si no, vendrìa conmigo. Me lo imagino yendo a mirar todos los dìas el plato vacìo y pensando que yo lo abandonè. Pero, ¿en què quedamos? ¿Quièn es el perro acà? ¡Èl tiene que seguirme a mì, que soy su dueña!
Sherezade el miércoles, 18 de noviembre de 2015 a las 05:48 PM
en La venganza será terrible del 17/11/2015 dijo: