No dejen que su admiración por el Negro les impida ser objetivos.

Es cierto que Dolina tiene muchos talentos. También es cierto que tiene unas ideas muy arraigadas, muchas respetables, otras un poco menos, y que detesta que se las discutan. También tiende a ser un poco despectivo con la gente que no piensa como él en temas que considera importantes, y eso se nota en el tipo de respuesta que le da a algunos oyentes. Que ni se le ocurra a uno hablarle de los defectos del peronismo, porque se arma la gorda.

En cuanto a la "puesta en línea" a sus compañeros, en ocasiones me pareció excesiva en el tono; creo que a veces Dolina desearía seguir teniendo el tipo de comunicación que tenía con Rolón, con el que bastaba media insinuación para transitar cómodamente caminos que el Negro conocía bien; esto último lamentablemente hacía que los programas repitieran temas en los fragmentos de humor, hay temas que siempre volvían y se transitaban siempre del mismo modo. (Algunos siguen reapareciendo, como los muebles cama, por decir una pavada.)

A veces creo que a Dolina lo incomoda que sus compañeros no tienen cierto conocimiento "libresco" que él si tiene, y los pierde con las alusiones y las referencias. (En este sentido el Coco Silly es el menos afectado, me parece; al menos sale del paso con más gracia.) Por otro lado, Burton y Gillespi tienen la espantosa tendencia de dar por ciertas leyendas urbanas largamente desmentidas o desconocer temas de cultura general que para Rolón eran el pan de cada día; supongo que Dolina se debe desesperar, y en este sentido se explica (aunque no se justifica) que tenga ciertas reacciones ante ellos.

Creo que lo que tiene de excelente Gillespi es que es totalmente impredecible. Dolina nunca sabe por dónde va a salir. A veces los diálogos tienen ribetes de lo más insólitos porque Gillespi piensa de una forma... extraña, a veces. Es divertidísimo, precisamente por eso.