En este programa me encontré con una anécdota de Goethe (marca de tiempo 1:06:03 en la versión completa) que me pareció familiar de alguna otra era geológica (mi juventud más temprana, por ejemplo); recordé un libro, la Enciclopedia de la ciencia psíquica, que nunca estaba muy lejos del estante de El retorno de los brujos, de los panfletos de Pedro Romaniuk, de los escritos dictados por Adoniesis y de las profecías de Solari Parravicini, durante ese auge de la New Age que ocurrió durante la tiranía militar de Videla y genocidas subsiguientes. (Tengo la sospecha de que ese revival fue impulsado por esa misma dictadura, pero ese es otro tema.)

Estoy bastante seguro de que Dolina tomó de ese libro muchas de las historias que cuenta sobre fantasmas, apariciones, médiums, hechos inexplicables y bultos que se menean; el relato de Goethe sobre su encuentro con el doble espectral del Friedrich Rochlitz está citado literalmente en esas páginas bajo la conveniente etiqueta de proyecciones espontáneas. (Hay que tener en cuenta que aún durante la década de 1930, tanto la parapsicología como el psicoanálisis era disciplinas consideradas por gente como Russell y Whitehead como aspirantes al conocimiento científico; si hasta esos genios pudieron ser engañados por prestidigitadores y charlatanes, entonces ¿qué quedará para nosotros?)

El hecho es que ese libro fue escrito por Nandor Fodor, abogado húngaro que abandonó su profesión para dedicarse a la parapsicología y al psicoanálisis. (Resisto aquí la tentación del chiste demasiado fácil.)

Mientras buscaba el libro de Fodor en formato digital, surgió el nombre de una película muy reciente: Nandor Fodor y la mangosta que habla, estrenada el primero de septiembre. Los distribuidores trataron de promoverla como una comedia (la engañosa introducción parece prometer eso) pero creo que eso fue un error de marketing: es una película muy inglesa (en el más honorable de los sentidos) que explora algunos de los aspectos más sombríos de la existencia. El caso de la mangosta presuntamente parlante es real; el verdadero Nandor Fodor viajó en 1937 a la Isla de Man para visitar a la familia Irving, los principales promotores de la leyenda.

El último y breve monólogo de Simon Pegg como Nandor Fodor me hizo recordar a un cuento de Borges (El testigo) y a algunos cierres de charlas de Dolina. Solo puedo decir que me gustó mucho, que me alegró ver a Minnie Driver y a Christopher Lloyd en la misma película, y ver a Pegg saliendo de su eterna adolescencia. También puedo decir que los bastardos me compraron con la recreación de la escena en que Max von Sydow recrea el cuadro de Magritte L'Empire des Lumières momentos antes de exorcizar a Linda Blair, y que es una producción ayuna de todo canguro CGI (es el reino Unido, no Alemania).

Mariela, estás completamente en lo cierto: la revista Planeta estaba dirigida y editada por Louis Pauwels y Jacques Bergier; el primer número (de agosto de 1964) aún puede leerse y descargarse en varios formatos en archive.org:

https://archive.org/details/revista-planeta-01

Cuando llegamos a leer esas colecciones, la revista había dejado de salir muchos años atrás; muchos las encuadernaban como libros, como material de consulta permanente. Hoy, esa ingenuidad provoca algo de ternura. (Aunque parezca imposible, esos tiempos no tan lejanos eran infinitamente más oscuros que estos.)