Tenía que ir a ver unos cachorros, entre los que pensaba adoptar aquel con el que sucediera conectarme a primera vista, al primer contacto. Pero no fui. La vacuidad, la esterilidad del resultado del uso de las palabras ( como luego de dedicar energía y tiempo al uso de ricos óleos, con la ilusión de una pintura y, piadosamente por lo que insumió, guardarla en el cajón de los fracasos, sin arrojarla al cesto, para más tarde, porque más tarde podría provocar en mí una capacidad nueva, de ver lo que no vi ) intoxicó mi energía, me debilitó. Fui al mercado; el frío me impactó; imagino, será similar en la isla de los Estados. Lo sentí, por el desequilibrio de mi energía; por el corazón pesaroso. De lo contrario, somos amigos amables, exigentes, luchando a veces al borde del límite, pero sin atropellarse il une al oltre ( A.D. )
Busqué a Alejandro, pero luego de una aparición para interrumpir la dirección del flujo y los ánimos, desapareció. Hizo mutis... Huyó; pero aquí no estaba la murga. En fin.
Encontré una vieja película con mucha poesía; la vi hace años y me encantó. Trataré de verla más tarde. Se llama Bagdad Café.
Ahora, fui a buscar una fuente querida, para mi desaliento : El Flaco.
Avisé que no iba; me disculpé; sugerí que mañana tal vez.