Hay una poética erótica de la retórica que se ha ausentado de los discursos de Dolina. Lástima, porque es capaz de esa acrobacia fina.
En cambio ofrece el énfasis exagerado puesto en la repetición constante de la apariencia burda de ciertas palabras, las que más allá de un posible triple sentido,... confunden, aturden, no preparan para ninguna lectura - como él dice respecto al lineamiento en la poesía -
Y una desea disponer lo mejor de sí, lo más femenino de la escucha.
A veces, acude la depresiva imagen impresionista, de una reunión de burdos gentiles hombres, gentiles con lo burdo de lo masculino y la absoluta marginación de la mujer sensible. Varones en el vestuario de un gimnasio...
Entonces llega el maestro Gancé y sus músicos de honores,... la angustia del pensamiento, la opresión del pecho, desaparecen...¡¡¡y qué sabio placer trae respirar esa música, esas voces, y algunas letras de veraz filosofía, otras de auténtica poesía !!! Gracias al músico que es Dolina, al Trío Sin Nombre, al Dúo, a Moreira (no estaba loco Nietzsche cuando afirmó la esencialidad de la Música).