Imagino a Adolfo cual Benny Hill ayudando a las señoritas a subir una camioneta con unas palmaditas en las pompis.
Yo odio la primavera, prefiero el invierno: No hay nada como ir a pasar el atardecer al cementerio con una botella de ajenjo, y una vez embragado con el narcótico licor revivir como fantasmas las angustias y recuerdos de amores perdidos, recostado sobre la lápida de una tumba que trae a mi memoria la finitud de toda existencia, mientras suena Type O Negative (http://www.youtube.com/watch?v=4dWBgrdafMI) en un ipod encerrado en el armazón de una vieja y lúgubre vitrola.
Después cuando el cuidador me eche me voy a vailar el meneaito a algún boliche de Alem ;)