Mantener acotado al infierno, para que el cielo pueda seguir haciendo su trabajo.
-Perdón dios mío - dijo...
Y disparó el arma contra sí mismo.
Nunca supe de juglares o bufones en los campos de batalla.
Sólo en algún alto el fuego, en alguna tregua, se ha sabido de artistas de cine y músicos, yendo a "entretener y dar una alegría a los muchachos"...
El mundo hace lo contrario: que el infierno exista, aunque nuestro lugar sea el cielo.
La otra cara de la moneda, "la otra cara de el zahir..."
Los musulmanes nombran así a “los seres o cosas que tienen la terrible virtud de ser inolvidables y cuya imagen acaba por enloquecer a la gente”.