Ufff!!! ¡Aparecen!, me volvió el alma al cuerpo. El ultimo fue sincero y a lo bestia, a lo Dorio, digamos… Repita conmigo: ¡No y mil veces no!
Nada de pedradas, el farol está intacto y la lucecita sigue vibrando. Como decía en el no aparecido mensaje (si se digna aparecer debería hacerlo antes de su ultimo mensaje), bienvenidos el caos y la confusión porque allí, en medio del peligro crece lo que salva (y tomo estas palabras, no su contexto) pero aquí se hacen impostergables algunas (dos) aclaraciones. Una por parte del perro (que mala), otra de la araña.
Se entendió correctamente el poema (posteriores mensajes lo confirman), pero luego del efusivo “mensaje de texto” la araña pensó que creí que ella…y lógicamente abrió el paraguas. La expresión “que irresponsable silogismo” hizo caer la ficha. Me gustaría que sí, pero sé que no. Lo dije, lo digo: ya sé que no. Aclarado.
Queda pendiente: ¿la araña visita el rincón por genuino interés (en el buen sentido) o por caridad? Si es lo primero, el perro siempre espera, es la criatura más fiel. Si es lo segundo, ¡No! Gracias, no la necesita. (Por ahora, jeje). Mando abrazo, espero respuesta (¡y aclare, no oscurezca!).