¡Nada de llanto! Esta noche se queda conmigo. “…Envíeme la fotografía clave…” ¡Avise compañera!... para ser feminista es bastante falocentrica, déjeme que le diga… igual hoy con el photoshop se pueden hacer milagros...jajaja… ufff!!!... Discúlpeme. ¿Qué quiere que le diga después de estos mensajes? ¡Dijo la palabra honesta al final nomás!, y era la que yo temía, ¡Ay de mi…!
Mi pregunta sobre besos y abrazos no fue inocente, quería saber si el afecto hiere su orgullo de mujer. Afecto siente un niño por una tía buena y le juro que no es lo que yo siento por usted, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, pero tampoco era para que se me enoje así.
Ni es Emma, ni yo soy León, ni mucho menos Charles, por suerte; ya sabemos como termino todo eso. Cuando hombre y mujer se relacionan de manera verdadera y honesta, se entregan mutuamente el uno al otro, en “gratuidad y gratitud”, en confianza plena… y en el ámbito sagrado de la intimidad, eso… o son buenos amigos. ¿A cual de todos los correos que me dio quiere que le mande la foto? Hombre y mujer cruzan las mismas inmensas puertas, pero es ella quien lleva las llaves y yo no iba, ni voy, a cometer la grosera intromisión de preguntar; eso es algo que debió haber surgido de usted, cuando usted quisiera, si se sentía en confianza y sobre todo, ¡si quería hacerlo! Pero no lo hizo, entonces no me venga a apurar, amiga. ¿Me imagina a mí escribiendo una carta romántica?, Eros se mete a monja. ¿Sigue enojada? También escucho el programa todos los días, en mi casa y en la calle, para mi no es un programa, es un habito, un estimulo, un refugio, una necesidad y otras cosas mas y lo escucho como quien agradece. ¿Quiere una relación humana verdadera? Está ante un alma capaz de mirar al abismo sin pestañar, ante alguien capaz de dar hasta vaciarse en la muerte. No entendí su último mensaje, el de los ponchos y los kimonos, pero no se deprima, no soy liviano, ya no habla un niño, que la gracia del misterio clave su mirada, que haga sentir el vértigo del peligro, que el fondo del mar venga hasta mí, si quiere venir, aunque yo no sea el nombre.
“…tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.”