Ay amiga, ¿por qué se apura? Le mande dos mensajes seguidos, uno haciendo referencia a su “algo lujurioso” y otro a la fiebre, creo que no lo leyó por lo que veo. En él le digo que sé que está pasando una mala noche (“hay fiebres y fiebres”) y le deseo que se mejore y recupere. Revise, en algún momento deberá aparecer antes de su mensaje (el de alrededor de las 14.30). También le acerque un pequeño poema de P. Celan. No se apure, no hace falta que me explique todo, subestímeme, pero no tanto tampoco. Parece que no terminamos de sacarnos el barro y ya nos estamos empantanando devuelta.
“En todo caso, de serlo, lo sería como lo fui durante años en un correo que creí privado, con un hombre que creí con la capacidad de respetarlo”, me imagino la decepción y la bronca, pero por favor no abra el paraguas, otra vez, antes de que se nuble, yo no le insinué ni mucho menos le pedí nada, donde usted prefiera estar para mi está bien. Sin vueltas: ambos vamos a seguir frecuentando el foro y la pagina para escuchar LVST, podemos seguir usando el rincón, pero si en algún momento tiene ganas de hablar en privado me lo hace saber, la paso a buscar y nos mandamos a mudar, así de fácil. Ciertamente Eros y Afrodita, uno en cada hombro, le dictan cuando escribe, y está bien, me gusta, usted es… bien completita, digamos. No se extrañe por mis expresiones de afecto, por mis citas, o por mis alusiones explicitas, si una caricia es verdadera debe tocar todas las fibras. No sé porque dice que hablo con sus palabras, usted nunca hizo referencia a que busquemos privacidad. En algún momento aparecerá el tardío mensaje, léalo. Ya se que su nido es su pecho, amiga, y por el momento me gusta anidar ahí. ¡Que se mejore! la quiero mucho.