“Si quieres la paz, defiende la vida”
Hay una extrañísima y confusa mezcla de cristianismo y paganismo, de lujuria y caridad
en sus escritos.
No soy hipócrita. Usted dijo que dejaría de escribir por un tiempo, no tengo idea de los motivos, pero no pude evitar pensar que era porque quería ponerle un fin a todo esto, por eso le pedí que nos despidiéramos cordialmente y yo me retiraba.
Como me hizo reír, todo el día, con lo de la duda; me he manejado con cierto tacto porque no sabía con quien estaba hablando, no confunda moderación o respeto con blandura y con respecto a su increíble duda, -jajaja, le juro que me hizo reír-, le digo: soy de todo menos eso, ¡jamás!, ¡antes muerto! y esa es una verdad absoluta. Salte, si quiere, amiga, que vamos a hacer temblar todo.