Gracias, amiga, por su breve y tan lindo mensaje de Pascua, hay en él cuatro caritas sonrientes, hay felicidad y alegría y esperanza en ese mensaje, lo cual me puso muy contento y hay dos simbolitos que quiero y voy a interpretar a mi manera, (todos tenemos un ego que alimentar, vio) y que así interpretados fueron mi regalo, mi chocolate de Pascua, mas si no es así, reemplácelo por el chocolate de la compasión… y no me lo diga.
“…eres tú el que está ansiando que yo tome la iniciativa de irme…”, vamos amiga, usted sabe que eso no es cierto, lo único que yo quiero es que se quede conmigo, quédese conmigo. Es curioso como las palabras siguen sus propios caminos, como perdiéndose en la tela de la araña. “Son metáforas inconscientes que surgen con una lógica precisa y exigente al extremo”, esa lógica, me intriga. La “la poesía es…”, y “La sensualidad es…”, escríbame un poema, movilice impresiones, digamos, que el rayo fluya de adentro hacia fuera, como una descarga incontenible, una tormenta de ansiedades que se buscan, aquí está el foco de luz, el calor que inunda los jardines, dices ven hacia mis labios, desde abajo desherédame los ojos, digo serás el ceder dócil de un pétalo frágil y florecido, ahogado en la trémula brizna calida de su dulce espuma de primavera, al impacto brutal de mi ángel y mi bestia; entonces si quiere, a modo de ejemplo, puede escribirme algo, y yo puedo, a falta de Pan (nada tiene que ver con su perro) intentar al menos ser una brisa. No le pido que me explique su poema pero, si la araña es la Memoria, ¿Por qué escribe Destino y Verdad también con mayúsculas? ¿Por qué lo llama (a quien da el mandato) Evolución? Me gusta mucho la cuarta estrofa de su poema. Mi amiga.