“…¿Quién es ese tercero que camina siempre a tu lado?
cuando cuento, sólo somos dos, tú y yo, juntos
pero cuando miro delante de mí sobre el blanco camino
siempre hay otro que marcha a tu lado
deslizándose envuelto en una capa parda, encapuchado
no sé si es un hombre o una mujer
-¿pero quién es ése que va a tu lado?...”
Amiga, estoy leyendo sus mensajes, ¿por qué me habla de los otros? ¿Por qué me hace esto amiga? Justo ahora que tengo que salir, pero no me quiero ir sin hablarle, no se enoje, esta noche responderé, no se enoje, espéreme por favor, o escríbame algo lindo por compasión, esta noche ¡miéntame! Yo responderé con la verdad. ¡Ha! Las lagrimas y la ansiedad, el destino de ser luciérnaga si acaso y no ser un faro, de ser Otro y no ser Él ¡Haa curioso y tenue destino el mío!, mi amiga, mi almita gemela, mi metáfora, mi faro y mi destino dime ¿Hacia quien se derramaron esas lagrimas? ¿Por quien cayó la espera inútil? ¿Quién te dio la luz y luego te la robó? Regálame el don de ser más de lo que soy y si no es así perdona a mi verdad, que se resiste a entender y a partir y si te alejas y vuelves, resiste tú también, la tentación de ser cruel porque mis manos están mojadas como lo estuvieron las tuyas.