"... y nuevamente hablando de los otros usted, ¡ahora se la de por decir la verdad!, yo creo le gusta hacerme sentir un bobo, jeje, pero igual me siento a la mesa y me juego el alma en cada ficha aunque sepa que las cartas están marcadas, se llama destino. "
Ese párrafo parece un lenguaje ebrio porque es un discurso fabricado; si algo tiene la verdad es que es idéntica a sí misma en la situación que sea.
El ahora, corresponde a tu irrupción, a tus palabras; el ahora es una superficie limitada y sin profundidad, cualquier cosa puede ser dicha, carece de confrontación con el camino recorrido, carece de elementos que lo salve de ser calificado de falsedad, el delirio de un arranque cuyo sentido y razón están oscurecios, por la ebriedad,...ebriedad de un estado no necesariamente de vasos llenos, y sí impelidos a llenarse,...por necesidad,por capricho, por inmadurez de juicio, porque la oportunidad se parece a algo que lo incita o, porque sí.
No hay un ahora mío, soy una sucesión no detenida, de la misma naturaleza : viene de la verdad, sucede con verdad, va hacia la verdad. No se me acaba de ocurrir "ahora" decir una verdad que soy, no es exterior a mí, no estoy siguiendo un guión.
NUNCA negué mi suceder ni su por qué. No existen los otros, son los MÍOS. Para vos suenan como la otredad fuera de lugar.
Yo sí me dí de alma, ni siquiera "jugué" : viví mi verdad, en todo caso, agonalmente. Sentía que el universo participaba y sucedieron hechos, sí HECHOS, ante los que la razón retrocedió en silencio y reverencia, y fue tomada y llevada más adelante, más allá...
¿Qué podés saber para livianamente decir "ahora se le ocurre decir la verdad"? Ella es hace años, llega a vos, interpretada por vos, relativizada de ambigüedades, apropiada para transformarla en otra cosa. Ahhh...Uno. ¿Qué juego es éste...? "Esta no es la forma de mi corazón": yo no estoy sentada jugando. Yo estoy sola y necesito que alguien me hable, porque el mutismo enloquece. Y no puedo estar de otro modo que sola, porque a quienes quiero a mi lado, no me quieren al suyo. Soy quien soy y como soy o no soy nadie. Y yo tengo reservas en las arcas del alma y la experiencia, para probar que sé lo que afirmo.
No lamento que te parezca mal la tristeza; para mí es valiosa, porque lo fue la alegría, lo es.
Nada debo explicar de Dickens; me llamó la atención la coincidencia de tu cita, porque sé que no existen las coincidencias, excepto en un diez por ciento. Sería demasiada coincidencia que se hubiera dado ese diez por ciento.
La foto no significa nada, ya que va acompañada del comentario "no será la foto clave pero es parecida" : no sabés qué foto es clave, no sabés qué foto es parecida, porque en tu discurso isistís en afirmar no saber nada, no haberme visto nunca, ni siquiera conocerme, a pesar de lo cual decís "amarme" y "si me conocieras me amarías con locura"... Uno !!...qué se puede esperar de éso.
Mientras mi ser, mi tristeza y mi alegría, mi desesperanza y mi fe, mi derrumbe y mi puesta en pie, mi insomnio y mi descanso, mi bloqueo y mi creatividad, mi impulso de vida y mi impulso de muerte,... sean causados por los que me habitan, los que añoro y siento, los que no puedo apartar ni un segundo del equilibrio y desequilibrio de mi biorritmo y mi alma, mi psiquismo y mi cuerpo, mi pantalla en blanco sólo será herida por sus nombres, por sus nombres destruida y construida.
Sólo me queda confiar que entenderían, sentirían, por qué acepto pasar por esta situación, que alguna reacción espontánea, noble, caliente, haría benignos los efectos de escribir aquí y así..
No hay vida que quiera,que sienta, detenerse por la mía.
Y las mentiras, son como arrojar solvente al fuego, esperando que sea agua.
No tengo otra cosa de qué hablar, si no es de lo que convoca a mi amor.
No tengo ganas de corregir la escritura,disculpá si hay errores.
:-) ;-) :-(