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La venganza será terrible del 22/08/2012

Comentario #53686

viyi

viyi el jueves, 23 de agosto de 2012 a las 03:06 PM en La venganza será terrible del 22/08/2012 dijo:

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DOLINA CANTA EL TANGO por María Esther Gilio
Página 12, año 2002
Estracto.

–“Me da pena confesarlo” de Le Pera. “Nace el hombre en este mundo remanyao por el destino.”- dice la periodista...
–“Me da pena confesarlo, pero es triste, ¡que ca
nejo!.” Y es verdad ¿no? Es la forma más divertida de enunciar el fatalismo. De decir todo está escrito, nuestro destino ya está marcado. “Remanyao por el destino.”
–No hay manera de escapar.
–Ya te conoce. Es una confirmación de fatalismo dicha del modo más atorrante. El destino ya te tiene bien fichado.
–¿Usted piensa que eso es verdad?
–Puede ser. Yo no sé. Borges decía: “Pero en las grietas está Dios que acecha”.
–¿Qué habrá querido decir con eso?
–Que siempre hay algo que puede cambiar.
–De “Arrabal amargo”, de Le Pera. “Todo todo se ilumina cuando ella vuelve a verte.”
–La mujer amada produce incluso efectos lumínicos. Los lugares cambian. Me acuerdo de un epitafio que señala Borges en El libro del cielo y el infierno que dice: “El paraíso estaba allí donde ella estaba”. Es exactamente esto. Todo, todo, se ilumina. El arrabal que está describiendo, pobre y miserable, se ilumina porque está ella. Pero no sólo los lugares geográficos, las circunstancias vitales de un hombre se iluminan cuando está la mujer amada. Yo creo que uno es del todo uno cuando es amado y sino es la mitad de uno.
–Y ahora Juan Gelman, “Mi Buenos Aires querido”. “Hay que aprender a resistir./ Ni a irse ni a quedarse,/ a resistir,/ aunque es seguro/ que habrá más penas y olvido”.
–Es un gran poema del primer poeta argentino de hoy. Me alegra que me recuerde este tango que yo escuchaba en la voz del Tata Cedrón. Es un tango que multiplica su eficacia tomando un tango anterior. Hay una resignificación de aquel bellísimo tango de Gardel y una nueva visión desde dentro. Desde el padecimiento y la injusticia.
–De “Margo”, de Homero Espósito. “La vida puede más que la esperanza.”
–Esa es una frase muy poética.
–¿Verdadera? –Sí, verdadera. Poder más que la esperanza es destruirla y hacer que el cinismo venga a reemplazarla. Discépolo también lo dijo: “Si yo pudiera como ayer, querer sin presentir”. El tipo llegó a un punto tal que el presentimiento no deja nacer a la esperanza. Presiente que el amor durará poco, que el hastío está ahí nomás, acechando.
–¿En usted también la vida pudo más que la esperanza?
–No siempre, no, no. Me resisto al recelo, a la desconfianza. Prefiero creer. Insisto en creer.
–Claro que a veces.
–Sí, claro, a veces...
–Para terminar me gustaría que usted me dijera su frase. Aquella que hace temblar su corazón.
–“Dónde estaba Dios cuando te fuiste.”
–“Dónde estaba Dios que no te vio.”
–No preciso explicarle por qué me conmueve tanto, ¿no?
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Nadie que sea veraz, ápice visible, revelado en el instante, del vórtice de todas sus dimensiones, puede tener una respuesta siempre y para todo, como un fractal que encastra perfecto. Creo más bien que las respuestas de Dolina, son como las piezas del dominó : las coloca donde halla la punta adecuada y abre un juego artístico de artísticas posibilidades.
Dolina no está en las piezas, no es el juego, no es el Tallador (personaje álter-ego del ruso Salzman, en Cartas marcadas, la novela de Alejandro Dolina)...
¿Dónde es posible encontrarse con Dolina,entonces?... Justamente "en la grieta donde Dios acecha"...si Dolina no cubre la grieta, "no asfalta Venecia": porque esa es una de las realidades de Dolina, dolorosa de aceptar para el que admira y muchísimo más, para el que ama. Porque hay una veta de fealdad-error en la espiral de silencio de Dolina, y no está en su hermosa, elegante y artística, figura corporal.
No es un juicio, apenas una visión y aceptación holística, que incluye también mi error. Y mi amor.