Comencé a descargar el programa por el procedimiento habitual : sonido claro pero el ritmo con "hipo" ¡jejejeee!. Veremos...
Lo escuché anoche por radio Residencias, repetidora de Del Plata y, lo escuché bien.
Dolina está presente en sus parlamentos, sensible en sus discursos y sus silencios, con un dulce humor ( aunque no "melosudo") con su dejo de amargura en el fondo.
Está vivo y el programa lo está si él lo está.
Me gusta su proceso de acomodación al dueto, que lo es en tanto a lo parlante, pero atrapando al vuelo todo indicio autogenerado por la interacción del dueto y-o generado e incorporado desde la actividad mental, gestual y afectiva de los presentes( se acaba de cortar la transmisión, fin de la descarga entonces).
Todo allí retroalimenta y redirecciona, no están haciendo "solos" el programa, aunque lo "digan" solos.
Me gusta pues, como dice Dolina : " Ahh... ahí, ahí va queriendo".
Y cada vez que le pregunta a Barton "¿le gustó?", nos lo pregunta.
Sólo a alguien no adiestrado en escuchar, puede no gustarle.
Me gusta, me gustó, me gustará : porque está presente, porque está abierto y es abierto a pesar de la pretensión de etiquetarlo, controlarlo, limitarlo, con cuestiones que no representan su espíritu...
Un cerebro dañado, un incendio, pueden borrar el registro de una materia, una partitura, un libro, pero no se puede borrar haberlo experimentado ni aquello que hizo vivir esa experiencia.
Ni mucho ni poco, sólo "esperemos y esperemos" lo que es, lo que devendrá.
Los Radiocines los escuché mil veces y luego los silencié, pensando tontamente ( más vale un corazón tonto que ningún corazón) "si gasto los discos, no conservarán la calidad de sonido dentro de mucho tiempo y, dentro de mucho tiempo, seguirán las ganas de oírlos y disfrutarlos"...
Así que me alegró mucho su reedición.
Mi curiosidad es cómo sería darle un formato actualizado, sin copiarlo. Fue muy estética y bonita la idea del libro anterior, con su fachada de radio antigua.
El contenido es el mismo, la mano que firma y la firma son las mismas, sin embargo la actualización permitirá que lleve a casa algo nuevo de A.D. en el trazado de su firma y la energía que toque el libro. Igual pero distinta, la huella de su piel ( eléctrica y material ).
Cofrecitos : eso son sus obras y, cada uno guarda en ellos su vivencia personal de A.D., junto con el ser de su arte.
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Los enunciados que imponen la respuesta como impostura de la pregunta, podrían ser devueltos diciendo "usted quiere que yo apruebe o desapruebe su información; la desapruebo, repregunte".
O bien como sucede en el discurso del programa, tomarlo todo como una pregunta abierta; no permitir el cierre, porque el diálogo es infinito. Su impronta de laberinto la evidenció A.D. en aquella tan sonada entrevista, en que cada opción del laberinto la cerraba con un "no"... El que escucha el programa ( emisor-receptor) o el que se dispone a la interacción entrevistado-entrevistador, deberá avanzar por nuevos pasos, deberá poner en acción el patrón semejante de laberinto de su propio cerebro.
Y eso es apasionante al menos para mí.
viyi.v.pelayo el viernes, 24 de abril de 2015 a las 03:23 PM
en La venganza será terrible del 23/04/2015 dijo: