"A Castelli le cortaron la lengua para que no pudiera defenderse ni recordar los primeros sueños de Mayo". Osvaldo Soriano.
Moreno es muerto en altamar ( al decir "muere en altamar" el giro lingüístico es diabólicamente neutro ). San Martín se va y parece un abandono, pero es el gesto inevitable de la repulsión extrema, la repulsión moral de los fuertes que "son lo que deben ser o no son nada", ante la intolerable bajeza de las morales híbridas "liberales". Un hombre que no se fue, ni hizo ascos a los vómitos de sangre, la gangrena, las carencias físicas torturantes... Belgrano, arrastró de los pelos a la enfermedad con él y, la enfermedad que le carcomía el cuerpo, no pudo en cambio obtener ni un bocado de su espíritu. Murió solo y en el límite con la miseria, en su quebranto patriota, con su "¡ Ay patria mía !"
La historia habla a nuestras espaldas, a veces grita, nos apedrearía, pero no tiene manos...somos sus manos. ¿ Quién quiere realmente darse vuelta y escuchar ? "Ruido oir se deja" pero no del aprestamiento a una batalla digna. Desordenan, aturden, confunden el presente, tiran de ambos extremos de la soga de la verdad; avanzan, retroceden, caen, resbalan cambiando de lado según la preeminencia de la fuerza bruta, la astucia o la inteligencia en la tensión; quieren ser primeros actores, quieren "ganar" : mientras la Verdad es Tupac Amaru, descuartizada...
¿Quién se queda con "una ciudad que exterminó la utopía pero no la memoria"?...¿Los que están seguros? ¿Seguros de qué?
Porque la utopía es la yesca, el combustible de la Memoria. Y si murió la primera, la segunda es traidora del recuerdo, es la metáfora de un Loki en el reino de Frigg...Odín no ha muerto, guardamos su sueño; lo consultamos.