En el corazón de todas las personas habitan la luz y la oscuridad; todos tenemos la misma cantidad de luz y oscuridad en nuestros corazones, lo que hace la diferencia entre el modo de actuar de las personas es por cual mitad de su corazón se dejen guiar.
No existen las personas “buenas” y “malas”, ya que incluso las personas más buenas, amables y cordiales han pensado, dicho o hecho algo malo en sus vidas; y así mismo, las personas más malas, desagradables y crueles han obrado bien alguna vez en sus vidas.
Podría decirse que todos tenemos un “lado oscuro” y un “lado luminoso”, pero realmente esos “lados” forman la persona que somos, y AMBAS (tanto la luz como la oscuridad) son parte de nuestra personalidad.