Nunca me basta su voz ni los surcos abiertos que deja; quedo atada al arado; quedo a la espera de que el campo devuelva, como devuelve la humedad que asciende de la tierra y el rocío, los ecos profundos de su voz . Los que traen la gota y la nota de las entrañas y las conducen al otro campo, al azul y negro. En ascenso a la fértil piel de la Noche, los sedimentos del eco...
Van a ser sembrados, braile tallado en los poros del aire, para que los toquen las alas de los pájaros atraídos. Y la lluvia los devuelva, semillas, a los surcos abiertos preparados para ellas. Ya no serán las mismas: contendrán cielo, decantadas.
La voz y sus ecos...En el árbol de la noche, se vacían de luz los frutos de las estrellas : los mundos seminales, redondos; los pechos lácteos, redondos.
Ya no son una forma; se han soltado en la voz y en los ecos, para que vuelvan a delimitarlos, libres, nuevos.
"Cuando se llenan los cerros de sol
y alzan las aves su bello cantar,
yo por los surcos afanoso voy,
sembrando dichas que pienso alcanzar."
El viento transcurrió la Noche, la hizo y deshizo hasta el amanecer, como las líneas elásticas y sin dirección del amor, hacen a los seres que aman salidos del cuerpo.
Membrana gris, fina, frágil, fría, la piel del Dia que estuvo creando la Noche. Busco una grabación, la dejo sonar...Y la voz de él irrumpe - como en los surcos, como en las células de la sucesiva metahepidermis - lámpara infrarroja y, madura, calienta, fortalece, embellece, la piel incipiente del amanecer.
El viento continúa, traduce la lengua de los árboles; se hicieron las once de la mañana sin darme cuenta que abandoné el cuerpo : me lo devuelve la voz fuera de la voz, desde adentro de mí sensible arrebato en el plexo, como un dolor... Angustioso deseo de volver a oirlo, con su vibración desnuda, de grabaciones, de máquinas, de distancias artificiales : las únicas fronteras difíciles de sortear.
Llorar, ¿ es tan de mujer o es tan de cielo ?
Seguí escuchando la grabación del miércoles 28 de julio de 2010. Era el segmento humorístico y, sin embargo, otra historia escrita en los márgenes pulsaba su morse del alma.
El viento continúa, más fuerte cada vez.

Una cama blanca y vacía, sugiere un cuerpo oscuro que la llene. La ternura lo sugiere.
Una pantalla blanca y vacía, sugiere un amor que escriba. Su voz en el viento, lo sugiere.