Te cuento otra cosa Mariela, así ya vas prendiendo el horno: en el budismo zen se utilizan lo que se llaman “koans” que son como adivinanzas, (aparentemente) absurdas, que los maestros le plantean a los discípulos, justamente para provocarlos a ir más allá del pensamiento racional, el cual es visto en el zen como una cárcel de la que tenemos que escapar para alcanzar el conocimiento trascendente (o iluminación). La idea es que el discípulo debe meditar en el koan que le da el maestro con absoluta concentración. Puede llegar a dar una respuesta o no, ese no es el fin del koan. O bien se pueden dar muchas respuestas para un koan, y todas pueden ser ciertas, a la vez que todas pueden ser falsas (no es una adivinanza, es un koan!).
Fijate algunos koans famosos:
- Conocemos el sonido de aplaudir con ambas manos, pero ¿cuál es el sonido de aplaudir con una sola mano?
- ¿Tiene un perro la naturaleza de Buda?
- ¿Cuál era tu cara antes de nacer?
- ¿Cuando un árbol cae en medio del bosque y nadie lo escucha, ¿produce algún sonido?
- No comienza, no termina, ¿qué es?
Hay gente que se ha tomado el trabajo de dar respuestas muy elaboradas a algunos koans. No es mi caso, pero me gusta el del árbol que cae, capaz que medite en él este fin de semana, si puedo escapar del mundanal ruido.
Che, ¿no está haciendo un calor bárbaro acá?