Hoy en la escuela un niño encantador, educado en el concepto de que la paz es aburrida, de estúpidos, maricones y cobardes, casi le saca un ojo a un compañero de dos trompadas, el énfasis indica que tuvo tiempo de reflexionar y lo disfrutó. El niño golpeado, está es sexto, fue mi alumno en tercero: era sensible, de ideas fuera de lo común, reflexiones brillantes que me dejaban asombrada por lo justas o bellas o lógicas, extraordinariamente perceptivo, compasivo, dulce,con la serenidad que da la fortaleza del espíritu. No agredía, hablaba, porque su ser necesitaba expresarse así, la violencia, la estupidez, no lo representaban, lo hacían sufrir. Es un niño que sufrió traumas antes de los 7 años, esos afectivos mezclados con lo físico. Y su salida, su elección, no fue el odio ni la revancha.
Hoy, es un niño acosado por sus "pares", es provocado a la violencia y la bajeza. Primero pedía, "déjenme tranquilo", luego lloraba ( ¡ qué placer para los pichones de torturadoradores ! y no me vengan con eso de la naturaleza cruel, de lo normal de la violencia y etc. porque éso es vómito ! ) Luego la furia del dolor, del saber por inteligente que eso era otra injusticia ( él ya las conocía ) lo empujó a devolver los golpes. Para los otros fue de nuevo el payaso del circo, y además habían triunfado, había vencido el mono al sabio.
Tiene ojos hermosos y mirada hermosa : y no acusan. Si vieran hoy lo patético que eran. Y él, miraba hacia abajo, hacia adentro, muy lejos.